Peeling superficial: va destinado a atenuar arrugas finas, manchas, acné, foliculitis, secreciones sebáceas, se realiza en pacientes que no desean o no pueden permitirse una descamación visible, ya que sólo deja un ligero enrojecimiento que desaparece en varias horas. Puede aplicarse en intervalos de quince días y se realizan fundamentalmente con alfa-hidroxiácidos ácido glicólico, ácido tricloroacético 10-20%, acido Láctico, acido salicílico, la solución de Jessner, etc.

Peeling medio: poseen una mayor capacidad de penetración en la piel, por tanto, se consiguen mayores resultados que con los peelings superficiales con un menor número de sesiones, va destinado a borrar las arrugas superficiales y medias, así como las lesiones pigmentadas extendidas, en el acné en fase activa, también se emplea como paso previo o complemento de muchos tratamientos como la microdermoabrasión, lifting o rellenos. En este tipo de peelings sí es esperable una descamación evidente de la piel del rostro, prácticamente no altera la vida social normal, la reacción dura entre 7 y 10 días. Tras el tratamiento el paciente puede aplicarse un nuevo peeling a las seis semanas. Para los peelings medios se emplean mascarillas de ácido tricloroacético a diferentes concentraciones, así como la solución del fenol al 88%.

Peeling profundo: los peelings profundos son aquellos que consiguen una penetración mayor en la piel, llegando incluso hasta la dermis con resultados espectaculares, actúa sobre las arrugas superficiales, medias y profundas, elimina manchas solares y queratosis. Asimismo, produce la retracción de la piel, lo que ayuda a mejorar notablemente los problemas de flaccidez. El más empleado es la solución de Baker-Gordon a base de fenol.