Microdermoabrasión
La microdermoabrasión es una técnica ideal para mantener la piel joven, suave y limpia. Se obtienen resultados similares a los peeling físicos, pero de una manera más profunda y menos agresiva, permitiendo retornar a las actividades habituales de manera inmediata. Los resultados son inmediatos y sus efectos principales sobre la piel son:
Rejuvenece la piel, ayudando al aporte de nutrientes y oxigenación de las células, así como la formación de colágeno.
Reduce las líneas de expresión de forma considerable, especialmente tras varias sesiones.
Mejora la apariencia en pieles seborreicas.
Elimina espinillas, puntos negros y blancos, comedones, y quistes de millium.
Reduce las cicatrices de acné.
Reduce la intensidad de las manchas faciales.
Protocolo de tratamiento
Es un procedimiento físico que elimina las capas exteriores de células en la piel (que suele producirse de forma natural en un proceso muy lentos) lo que nos permite llegar a esa capa de la piel donde no hay manchas solares, arrugas e impurezas. En los últimos tiempos se han desarrollado distintos métodos, y una de las nuevas tecnologías que se está utilizando con muy buenos resultados es la microdermoabrasión.
Todas las exfoliaciones profundas persiguen un objetivo similar, eliminar las células muertas, las arrugas superficiales y las impurezas. Una de las diferencias entre los distintos métodos de exfoliación, es el grado de profundidad al que pueden llegar en este barrido de células muertas: algunos lo hacen sólo a nivel de la epidermis y otros llegan hasta la capa media, la dermis. La microdermoabrasión consigue cambios similares a los peeling superficiales pero de una manera menos agresiva permitiendo retornar a las tareas habituales inmediatamente.
Breve descripción de la técnica
La frecuencia de aplicación para obtener unos buenos resultados debe ser cada dos o tres semanas según los objetivos perseguidos.
Es imprescindible evitar la exposición al sol tras el tratamiento, aplicando cremas protectoras con alto factor de protección.
El número de tratamientos dependerán claramente de la tipología de la piel. Suelen ser necesarias por lo menos cinco sesiones para tener un efecto duradero.
Una sesión suele durar aproximadamente unos 30 minutos y posteriormente se aplican cremas y mascarillas refrescantes, descongestivas y restructurantes.
No tiene secuelas de ningún tipo, pudiendo incorporarse a la vida cotidiana de forma inmediata, incluso puede maquillarse de forma normal.
